16 December 2025

La economía peruana mantuvo en octubre una trayectoria de crecimiento, aunque sin señales claras de aceleración en el corto plazo. El último informe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) reveló que la producción nacional creció 3,62% interanual, impulsada por el desempeño positivo de la mayoría de sectores productivos, especialmente minería e hidrocarburos, comercio, manufactura y construcción, que en conjunto concentraron cerca del 70% del resultado mensual. Con ello, el crecimiento acumulado entre enero y octubre alcanzó 3,36%, mientras que en los últimos doce meses llegó a 3,66%.

El resultado confirmó la continuidad de la recuperación observada en los últimos meses, aunque quedó ligeramente por debajo del crecimiento cercano al 4% que se había anticipado previamente desde el Banco Central de Reserva (BCR).

¿Cuáles son las expectativas para la economía peruana del 2026? ¡Qué factores tomarán protagonismo? (Foto: Andina)

Según el INEI, el crecimiento mensual fue moderado, lo que muestra que la economía continúa expandiéndose, aunque sin un impulso adicional significativo.

La economista senior del Instituto Peruano de Economía (IPE), Stephani Maita, consideró que el resultado de octubre estuvo alineado con lo esperado y que el crecimiento se mantiene generalizado por sectores. No obstante, precisó que el dinamismo no es homogéneo.

El impulso sigue viniendo principalmente del consumo privado, pero en los sectores no primarios ya se observan indicadores con un ritmo más contenido”, explicó.

Una lectura similar tuvo Macroconsult. Pamela Bernabé, economista de la consultora, sostuvo que el resultado estuvo en línea con lo esperado y que, con la información disponible, “proyectamos que la economía peruana crecería alrededor de 3,3% en 2025, cifra que ha sido revisada ligeramente al alza en un contexto de continuo dinamismo de los sectores no primarios, así como los buenos resultados recientes en la agroexportación”, añadió.

En el detalle sectorial, la minería y los hidrocarburos crecieron 6,81%, impulsados por una mayor producción de minerales como zinc y cobre, así como por un aumento en la extracción de petróleo crudo y líquidos de gas natural, aunque con una caída en la producción de oro.

La minería y los hidrocarburos crecieron 6,81%, impulsados por una mayor producción de minerales como zinc y cobre.

La construcción avanzó 4,39%, apoyada en el mayor consumo interno de cemento, pero con una desaceleración respecto a setiembre, principalmente por la caída de la inversión pública. El comercio creció 4,09%, con aportes del canal mayorista, minorista y del segmento automotriz, mientras que la manufactura aumentó 3,06%, sostenida por el buen desempeño del subsector primario, pese a la contracción de la manufactura no primaria.

De acuerdo con el INEI, el crecimiento de octubre estuvo marcado por el fuerte desempeño de los sectores primarios, que avanzaron 8,1%, su mayor alza en lo que va del año. Este resultado respondió principalmente a la mayor producción minera, con aportes de operaciones como Antamina y Toromocho, así como al aumento del desembarque pesquero para consumo humano directo.

Desde Macroconsult, Bernabé precisó que parte del crecimiento reciente responde a factores puntuales”, entre los que destacó el buen desempeño de la pesca, que impulsó un crecimiento superior al 25% de la manufactura primaria, así como un efecto base en minería. “El sector minero se vio favorecido por un efecto base marginal en la producción de cobre, asociado al mantenimiento programado de Antamina en el mismo mes del año previo”, explicó. No obstante, añadió que estos factores “se complementan con una mejora más sostenida en sectores no primarios”.

En esa línea, la economista consideró que el crecimiento comienza a mostrar una mayor diversificación. “Los principales motores continúan siendo los sectores no primarios, en particular el comercio —especialmente el tradicional y la venta de vehículos— y la construcción, impulsada principalmente por la autoconstrucción. Esta dinámica se refleja también en los buenos resultados del sector inmobiliario”, señaló.

Sin embargo, desde el IPE advirtieron que este impulso no sería permanente. “Hacia fines de 2025, el aporte del sector pesquero se vería limitado por una menor cuota en la segunda temporada de anchoveta”, señaló Maita.

De cara al cierre de 2025, la economista indicó que el crecimiento seguirá apoyado principalmente en la resiliencia del gasto privado. “El consumo y la inversión privada continuarían siendo los principales motores en el cuarto trimestre”, afirmó, y añadió que sectores como comercio, servicios, manufactura y construcción mantendrían este dinamismo.

Para 2026, el IPE resaltó que parte de este impulso podría extenderse a los primeros meses del año, favorecido por el impacto del octavo retiro de fondos de las AFP y por el avance de proyectos de inversión minera, con efectos directos sobre la actividad constructora, aunque con un panorama de contrastes entre sectores.

A nivel de mercados, el análisis de Intéligo coincide en que la economía viene cerrando 2025 mejor de lo anticipado inicialmente. “Los últimos datos confirman que este ha sido un año de recuperación económica más sólida de lo previsto”, señaló Silvana Caro, estratega del equipo de Asset Management de la firma. En ese contexto, Intéligo estima que el crecimiento del PBI podría cerrar el año alrededor de 3,2%, con un ligero sesgo al alza.

Para 2026, la firma anticipa una moderación del crecimiento en un escenario marcado por la incertidumbre electoral. “El desempeño económico del próximo año dependerá en gran medida de que el proceso electoral se desarrolle dentro de un marco institucional estable y sin propuestas que generen disrupciones macroeconómicas”, advirtió Caro.

El Reporte del mercado laboral mostró señales de recuperación, aunque con brechas persistentes. En Lima Metropolitana, el empleo creció 4,2% en el trimestre setiembre-octubre-noviembre, impulsado principalmente por el aumento del empleo adecuado, mientras que el subempleo se redujo. Según el organismo, la creación de puestos de trabajo se concentró en servicios y comercio, sectores estrechamente vinculados al dinamismo del consumo privado.

La creación de puestos de trabajo se concentró en servicios y comercio, sectores estrechamente vinculados al dinamismo del consumo privado.

En el mismo período, los ingresos laborales también registraron una mejora. El ingreso promedio mensual en Lima Metropolitana alcanzó S/ 2.243 en el trimestre setiembre-noviembre, lo que representó un crecimiento real de 7% interanual, aunque los salarios se ubicaron apenas 0,8% por encima de su nivel prepandemia.

Desde Macroconsult, Bernabé señaló que la recuperación del empleo viene siendo sostenida principalmente por el crecimiento del empleo adecuado. “Esto sugiere una mejora gradual en la calidad del empleo y una reducción de la precariedad laboral”, indicó, aunque advirtió que también se observa “una recomposición en la estructura del empleo, con una mayor participación de trabajadores de mayores ingresos, en un contexto de deterioro relativo del empleo entre la población con menor nivel educativo”.

En tanto, desde el IPE alertaron que el empleo juvenil continúa rezagado. “Hoy hay menos jóvenes trabajando que antes de la pandemia, lo que refuerza la necesidad de impulsar de manera sostenida la inversión privada como principal fuente de empleo de calidad, así como de avanzar en políticas que faciliten su inserción laboral”, sostuvo Maita.

Finalmente, según el IPE, los indicadores preliminares de noviembre muestran señales mixtas hacia adelante. Mientras el consumo privado mantuvo un alto dinamismo, impulsado por el empleo y el inicio de los desembolsos del retiro de fondos de AFP, los indicadores vinculados a la inversión y a la producción minera evidenciaron una desaceleración, lo que introduce cautela sobre el ritmo de crecimiento.

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