27 June 2025

Uno de los grandes desafíos que seguimos enfrentando en telecomunicaciones es, paradójicamente, el más básico: llegar a donde nadie ha llegado. En un país como el nuestro, donde la geografía impone barreras naturales, lograr que más peruanos y peruanas accedan a servicios móviles confiables y continuos no es solo una meta tecnológica, es un objetivo social.

Gracias a una alianza estratégica con SpaceX, nos preparamos para incorporar la tecnología de Starlink —una red de satélites en órbita baja que permite la conectividad directa desde el espacio— a nuestra red. ¿Qué significa esto en términos simples? Que, una vez definido el marco regulatorio necesario, nuestros clientes podrán, inicialmente, enviar mensajes de texto desde su celular incluso en zonas donde hoy no hay cobertura móvil o en situaciones de emergencia. Todo esto sin necesidad de torres cercanas ni dispositivos adicionales: si el celular es compatible, se conectará automáticamente con un satélite cuando pierda la señal tradicional.

La conectividad satelital no llega para reemplazar nuestras redes móviles tradicionales, sino para complementarlas. Por eso, en mayo dimos un paso clave: realizamos con éxito la primera prueba técnica de esta tecnología en el país y, aunque aún se encuentra en una etapa inicial a nivel global, su evolución es prometedora. Esto es solo el comienzo de lo que puede transformar por completo la manera en que nos mantenemos conectados, sin importar dónde estemos.

Pensemos en un desastre natural, en una familia incomunicada, en un agricultor en lo alto de los Andes o en una emergencia en la Amazonía. ¿Cuánto puede significar un mensaje enviado a tiempo? ¿Cuánto cambia el panorama si tenemos un canal más para estar conectados? Eso es precisamente lo que está en juego.

Como suele suceder con las grandes transformaciones, esta nueva tecnología exige preparación, compatibilidad de equipos y un marco legal adecuado. Sin embargo, lo importante es que ya hemos comenzado a recorrer ese camino con un propósito claro: acercar las distintas posibilidades que brinda la tecnología para transformar responsablemente la sociedad.

Esta alianza con Starlink abre una nueva posibilidad para el país no solo en términos tecnológicos, sino también humanos. Es una apuesta por cerrar brechas, por estar presentes en donde antes no era posible y por garantizar que nadie se quede fuera del mapa digital y sus beneficios.

El futuro de la conectividad está en movimiento y en Entel nos sentimos orgullosos de estar impulsándolo, porque estar conectados, al final, no es solo una cuestión de tecnología e innovación; es una cuestión de dignidad, de oportunidad y de inclusión.

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