27 June 2025

Pese a que los 12 días de conflicto militar entre Israel e Irán incrementaron el riesgo geopolítico en el Medio Oriente e impactaron en el mercado internacional de petróleo, el aumento en la cotización de este insumo tuvo una subida breve y acotada. En lo que va de junio, llegó a escalar hasta en 20%, de US$63,3 por barril a inicios de mes hasta US$75,9 por barril a fines de la semana anterior (el mayor valor registrado en lo que va del año).

Pero luego volvió a retroceder hasta los US$65,9 al cierre de ayer, tras la confirmación del cese al fuego por ambos países y por la disipación de los temores sobre un posible cierre del Estrecho de Ormuz por parte de Irán, por donde circula aproximadamente el 20% del transporte global de crudo.

Si bien aún persiste el riesgo de una reanudación o escalamiento de las hostilidades entre ambas naciones, la afectación sobre la trayectoria del precio de este commodity ha sido menor que la registrada en conflictos o crisis globales anteriores. Por ejemplo, durante el inicio de la invasión de Rusia a Ucrania, en febrero del 2022, el precio del petróleo WTI superó la barrera de los US$100 por barril.

Explora este gráfico para ver la evolución del precio del petróleo y los eventos internacionales que provocaron subidas:

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La inestabilidad en países del Medio Oriente determinó algunos de los picos o subidas marcadas del precio del petróleo en décadas pasadas. Entre algunos de los episodios más importantes se cuentan la invasión de Irak a Kuwait, que marcó una escalada en el precio durante la segunda mitad de 1990; la revolución iraní de 1979 o el inicio de la guerra entre Irán e Irak, en septiembre de 1980.

El primer hito significativo en el aumento del precio del crudo se dio durante la crisis del petróleo de 1973, cuando la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) anunció un embargo a los envíos hacia EE.UU, donde la cotización (en dólares ajustados por la inflación) aumentó hasta 164%.

El petróleo es la base de la actividad productiva de todos los sectores de la economía nacional y un insumo importante por su impacto en el consumo de la cadena de energía local. Un aumento en su precio se refleja automáticamente en la subida de productos derivados, como la gasolina u otros componentes, lo cual genera una elevación en el nivel de precios.

¿Cómo se produce este impacto? Arturo Vásquez, exviceministro de Energía y socio de Gerens Consultoría, explica que los costos se trasladan a los usuarios a través de los precios finales de los bienes y servicios.

“Un eventual cierre [del Estrecho de Ormuz] hubiera perjudicado la economía peruana y el Banco Central de Reserva habría tenido que intervenir a través de sus instrumentos de política monetaria, pero aún así no nos salvaríamos de ser perjudicados en términos de PBI, alcanzando a perder 0,2% o 0,3% de crecimiento (…) Se estima que, para un aumento del 10% del precio del petróleo, hay un incremento de la tasa de inflación de 1,25 % en países desarrollados y de 0,5% para países no desarrollados”, opina.

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Según el BCR, el último episodio inflacionario que afectó la economía peruana se dio entre mediados del 2021 y finales del 2023, donde tanto la inflación como sus expectativas a un año superaron el rango meta (entre 1% y 3%), teniendo una duración de 29 meses (entre julio del 2021 y noviembre del 2023). En este período ocurrieron eventos como la invasión rusa a Ucrania y el Fenómeno El Niño de inicios del 2023 (ver gráfica). El componente con más variación fue el relacionado a los alimentos y la energía.

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Para Jimmy Astocóndor, economista y docente de Pacífico Business School, si bien una eventual escalada de la guerra en Medio Oriente podría impulsar el precio del petróleo y la inflación local, esta tendría un impacto menor que el registrado hace dos años.

“El tema inflacionario [entre el 2021 y el 2023] se debió, además de situaciones externas, como la guerra entre Ucrania y Rusia, a que estábamos viviendo momentos post Covid. La gente acumuló mucha riqueza porque no salía de sus hogares, hacía trabajo remoto y comenzó a generar gasto. Esto impulsó a que el precio de los alimentos suba por el mayor ahorro de las personas. En este momento la situación era diferente, ya esos rendimientos de ahorro importantes no se dan y la economía está equilibrada en su tasa de interés”, opina.

En esto coincide Vásquez, quien añade que en los meses anteriores al conflicto la tendencia del precio del crudo era hacia la baja, debido a la existencia de grandes reservas y de inventarios que estaban en stock

“Incluso la OPEP había decidido frenar la producción de petróleo. No hay, de ninguna manera, un problema de oferta. Esa es la razón por la que los precios se han venido abajo. Si hubiera una restricción en el Estrecho de Ormuz, esto habría significado una subida de precios de corto plazo; pero actualmente no hay un motor de crecimiento que impulse una subida de los precios, como ocurrió con China a principios de siglo, cuando crecía a 12%“, indica.

Un factor clave es la relevancia de las importaciones de petróleo para el mercado peruano. Ambos especialistas señalan que, mientras el consumo nacional fluctúa entre los 250 mil y 280 mil barriles al día, la producción peruana solo alcanza a abastecer hasta 40 mil barriles diarios. Es decir, la producción nacional alcanzaría a cubrir un 15% de la demanda interna.

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Si bien Perú no importa petróleo directamente de Irán, porque dicho país está sujeto a sanciones por parte de EE.UU., es un actor clave en el mercado internacional del insumo. Según cifras de la Administración de Información Energética de EE.UU. (EIA, por sus siglas en inglés), la nación persa representa el 4% de la producción global anual y se ubica en el top 10 de productores.

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